
sábado, septiembre 20, 2008
<<...Comenzó con una lágrima, un hombre rico y despistado... alguien gritaba: “¡al ladrón!”, yo solo lloraba, no podía hacer otra cosa... no debía hacer otra cosa... todos miraban con una mezcla de asco y vergüenza ajena... la chica gritaba, el hombre no sabía que hacer; me cogió por los hombros y yo lloré más aún suplicando por mi vida, hasta que...>>
-¡Has estado genial Kuea!-comentaba Naz mientras jugaba con nuestro botín.
-Cada vez escogemos mejor a nuestras víctimas, jajaja-reía yo mientras observaba curiosamente nuestras ganancias.
-¡Nos gastaremos el dinero en una buena comida y una cómoda cama!-acordamos entre las dos.
-¡¡Sí!! ¡¡COMIDA!!-exclamó Naz muy contenta.
-La actuación de hoy ha estado muy bien, deberíamos pensar en hacer algo mayor...
* * *
Tras una larga caminata llegamos a Surius. Era un pueblo bonito y se veía muy acogedor así que, bolsa de dinero en mano y sonrisa en la cara nos dispusimos a buscar el hotel más confortable que había:
-Buenas tardes, ¿qué desea?-Preguntó la recepcionista.
No nos sorprendió ver que se trataba de una geadow. Desde que habíamos llegado a Priarius nos habíamos encontrado con muchos de ellos, había de todo tipo: simpáticos, aburridos, alegres, tristes... aunque la mayoría eran muy agradables.
-Una habitación para dos, y que tenga unas camas muy buenas...
-¡¡Y COMIDA!!-Exclamó Naz, muy entusiasmada.
-Eso, una habitación para dos, cómoda y con comida... por favor.-pedí sonriendo.
-Un momento por favor... Tenemos disponible la C-76: tiene vistas al pueblo y viene con un minibar con bebidas y una neverita con comida. Aquí tienen la llave-dijo la recepcionista con una amable sonrisa en la cara.
-¡Perfecto!-exclamamos Naz y yo al unísono con mucha alegría.
-¡Vamos Naz!
-¡Co-mi-da!-Exclamó Naz, mientras me tomaba del brazo y corría en dirección a la habitación.
Llegamos a la habitación con la respiración agitada por la rapidez y nos quedamos asombradas al abrir la puerta:
-¡Vaya, si que es bonita!-exclamé yo aún sin salir de mi asombro-no me imaginaba que hubiesen habitaciones así en este imperio.
-¿Dónde está la comida?-farfulló Naz.
-¿La comida? Mmm... Estará en la nevera que está ahí al lado de... ¡¡Mira qué cama!!-dije mientras se me abrían los ojos como platos y me dirigía corriendo hacia ella-¡es impresionante! Corre Naz, ¡ven a probarla!-gritaba emocionada mientras daba saltos sobre la mullida cama.
Para cuando miré hacia Naz, ésta estaba delante de la nevera abierta con los ojos brillantes.
-Pero mira, si hay de todo...-susurró, como hipnotizada.
-A ver...-contesté curiosa mientras me acercaba.
Realmente había de todo, desde frutas y verduras hasta chocolate y dulces.
-¡Es el dinero mejor gastado de nuestra vida!-grité mientras me abalanzaba sobre Naz.
-¡SÍ!-Exclamó mientras me abrazaba.- ¡¡POR FIN COMIDA FRESCA!!
Naz miró la nevera, luego me miró a mí y me pegó un mordisco mientras sonreía felizmente.
-¡AHHH! Jajajajaja... ¡Aprovecha y come la de verdad!-le insté mientras me acariciaba la mordedura.
Fue la mejor noche desde... creo que nunca habíamos pasado una noche tan buena: comida, una mullida cama y mi mejor amiga bueno, mi hermana. No, nunca habíamos pasado una noche así.
Pero a la mañana siguiente, cuando me desperté, Naz estaba boca abajo y parecía una rana. Estaba feliz y de vez en cuando decía algún nombre de comida. O, simplemente gritaba: ¡COMIDA FRESCA~!
Me levanté y miré por una ventana, justo en ese momento oí un golpe y al volverme, encontré a Naz dormida mordiendo el suelo.
No pude hacer más que reírme. Me acerqué a ella y, con mucho cuidado la intenté levantar y colocarla de nuevo en la cama, pero terminó despertándose ya que yo no podía con ella aunque, una vez en el colchón, agarró la almohada con fuerza y volvió a quedarse dormida.
-Dormida parece un angelito...-susurré mientras sonreía.
Desde que mi tía nos había abandonado habíamos tenido que arreglárnoslas solas, malviviendo y robando... No es que no me gustase robar, la verdad es que me divierte mucho, pero echábamos de menos su presencia. En los últimos cuatro años de nuestra vida habíamos tenido que madurar muy deprisa y aprender a guiarnos a nosotras mismas, solo nos teníamos la una a la otra...
Pensando esto me acerqué a mis cosas y, mientras rebuscaba se me resbaló algo: la pistola que me había dado mi tía y la nota de mis padres: “...Ten mucho cuidado con ella, ya que nadie sabe los efectos que tiene...”
-Que nota más extraña... ¿A qué clase de “efectos” se referirían mis padres?-pensaba mientras miraba con curiosidad el arma.
Busqué un pañuelo en la mochila y comencé a limpiarla con aire distraído mientras pensaba en mis padres: “¿Qué será de ellos?” Hacía tanto tiempo que no los veía que ya no podía recordar siquiera sus rostros...
Andaba tan distraída pensando en mis cosas mientras limpiaba la pistola, que no noté que Naz se había levantado y acercado a mí; de golpe me tapó los ojos y volvió a morderme, poco después la oí reír mientras continuaba tapándome los ojos.
-¡¿Aún tienes hambre?! ¡¡Eres una gorda!!-le reproché entre risas mientras trataba de zafarme de sus manos.
-¡No soy una gorda!-Protestó, riendo.- Simplemente estoy en edad de crecimiento.
-¿De crecimiento? ¡¡Si ya tienes 18 años!! ¡Te vas a quedar igual de enana siempre!-le restregué entre risas mientras guardaba la pistola y me abalanzaba hacia la almohada para usarla como arma.
-¡Aún me falta el estirón!-Chilló con una sonrisa, colocándose en pose de defensa.- ¡Y tengo que comer para poder crecer mucho, así que ven aquí!
-¡¡Nooo!! ¡¡No me muerdas!! ¡¡¡SOCORROOO!!!-gritaba yo entre risas mientras golpeaba a Naz con la almohada.
Naz ponía cara de tonta cada vez que la golpeaba, sin embargo al final acabó sonriendo y se tiró sobre mí mientras luchábamos por la almohada.
Estábamos tan concentradas en nuestro juego que no casi no oímos el timbre de la habitación...
-Recepción, abran la puerta por favor.-se oía una voz al otro lado de la puerta.
-¿Recepción?-le pregunté a Naz-¿qué crees que querrán?, ¿abrimos?
-Creo que antes deberíamos recoger un poco la habitación...-respondió ella mirando a su alrededor y viendo el desastre que habíamos armado.
Recogimos un poco como pudimos y abrimos la puerta con un poco de vergüenza para encontrarnos con la Geadow que nos había entregado la habitación el día anterior.
-Lo siento mucho chicas, pero hemos recibido quejas de los ocupantes de las habitaciones contiguas, por lo que debemos pedirles, por orden del director del hotel, que por favor, abandonen la habitación.-nos pidió ella-lo siento mucho, pero el director es muy estricto para estas cosas... les reembolsaremos el resto del dinero... lo siento mucho-se lastimaba la recepcionista mientras miraba hacia el suelo.
-¿Abandonar la habitación? Pero...-miré a Naz que estaba con una mueca de confusión.
-¿No habrá comida?-me susurró Naz, al oído.
-Pero...-aún estaba conmocionada-no te preocupes Naz-le dije a ella-con el dinero que nos devuelvan podemos comprar comida... la necesitaremos para el viaje...
-¿Por qué se quejaban?-preguntó Naz, juntando sus manos delante de su carita y mirando a la señorita de recepción.
-Se quejan principalmente del ruido ocasionado por esta habitación y, uno de las obligaciones más importantes de este hotel es el absoluto silencio-objetó ella.
* * *
Nuevamente comenzamos nuestro camino:
-¿A dónde iremos ahora?-pregunté pensativa.
-A robarles a los que nos echaron.-Gruñó Naz, estaba cruzada de brazos y parecía enfadad. ¿Ella enfadada? Si nunca lo hacía.
-Mmm..... tienes razón... se lo merecen, ¿verdad?-le pregunté mientras le guiñaba un ojo. En la cara de Naz comenzó a dibujarse una gran sonrisa...
...Y el teatro volvió a la calle...
*OUT* Es mi primer post en un RPG así que espero que les guste y me perdonen los fallos que soy novata. Muchisimas gracias a Naz! *OUT*
Kuea
buscó la energía ilimitada a las
1:51 a. m.
ﻫHistoriaﻫ
ﻫÚneteﻫ
ﻫFichaﻫ
Razas.
:..Personajes..:
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